Las emociones que nos llevan al otro lado de la barrera de la cordura son a menudo las emociones mas comunes, como el temor, el resentimiento, la ira, la atracción sexual, la obsesión, la desesperación, etc... Y las vicisitudes de la vida nos las ofrecen en abundancia; pero la humilde aceptación de que estos sentimientos pueden estar afectando nuestra vida nos otorga un nuevo sentido de responsabilidad, un indicador de que en realidad somos mucho mas fuertes de lo que suponemos... En este estado de consciencia, se deja de atender a cosas que antes nos llenaban de emociones melancólicamente negativas y se apodera de nosotros la capacidad de concentrar la mente, en el buen humor, el buen carácter y el animo que da un tono moral mas firme y mas elástico a nuestra personalidad, podemos ser felices por decisión propia debido a que hemos aceptado lo que podemos y lo que no podemos hacer...
Cuando la admisión consciente de nuestras capacidades y debilidades forma parte de nuestra existencia, puede parecer que somos otra persona completamente diferente a quien fuimos antes de superar obstáculos en la vida laboral, incluyendo aquellos episodios emocionalmente desagradables para nuestra vida afectiva; esto es porque hemos sufrido un cambio dramático en el engranaje de nuestro mecanismo mental y emocional, quizá hasta hayamos cambiado físicamente; es entonces que podemos ser lo que realmente queremos ser y hacer en nuestra vida... Aceptar la responsabilidad de prepararnos emocionalmente para ser felices y equilibrados, significa admitir humildemente nuestra naturaleza como seres humanos, debemos comprender que hay cosas que no es necesario entender para saber que siempre han sido o funcionado así, tal como son en la vida vida de las demás personas...
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