El derrotero del éxito comprendido como la realización progresiva de un propósito digno, forma el carácter del ser humano; y este éxito es es una habilidad practicable si y solo si, este propósito ha sido escogido por decisión propia... Para medir esta capacidad es imperativo inventariar y reconocer que los diferentes tipos de capital que una persona puede poseer como sus habilidades emocionales y mentales, sus capacidades físicas y de salud corporal, su fortaleza espiritual y sus creencias, así como sus relaciones interpersonales, representan en conjunto la verdadera prosperidad del ser humano...
Cada persona puede si quiere progresivamente moldear un ideal digno para si mismo y así adquirir un carácter que impacte positivamente a las personas por amplios periodos de tiempo; el carácter a diferencia del carisma permite al individuo tomar decisiones educadas y emocionalmente inteligentes; el carácter impulsa al ser humano a aceptar que el pensamiento positivo es el vehículo preferido por los hombres y mujeres exitosos que han formado su capital integral en base a la promesa de las recompensas que les llegan a aquellos que transforman su personalidad hasta ser el recipiente de las metas que ellos mismos se han trazado; mientras que una persona carismática puede solamente influir de manera pasajera en la vida...
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