El desarrollo de las facultades en el ser humano empieza con las experiencias, es decir, aquellas personas que han atravesado vicisitudes, solventado dificultades y se han hecho conscientes de ello, poseen una mejor oportunidad para ejercitar su pensamiento de maneras mas efectivas y positivas... Todas nuestras capacidades humanas son puestas a prueba cuando algún reto provoca nuestros sentidos; de hecho, esto motiva a que la película de eventos pasados, ajenos y propios pongan en marcha la capacidad intelectual de enlazar, separar, comparar y así elaborar soluciones emocionales para prevenir que los nuevos eventos sean tan desagradables como algunos otros anteriores; a este proceso se le conoce como experiencia...
Pero que sucede cuando algo que no aceptamos nos lastima una y otra vez? Como actuar si no se nos ocurre una mejor manera para enfrentar la situación? Es realmente necesario atravesar el camino del sufrimiento para aprender? Una respuesta enfática a estas cuestiones es suficiente, "NO", porque si bien es cierto que el dolor es la piedra angular del crecimiento espiritual y emocional, también es cierto que el sufrimiento es opcional... Esto quiere decir que en el universo de las emociones la aceptación de las personas, las cosas, las circunstancias y de uno mismo tal son en el momento es esencial y que no importa cuantas veces repitamos al mundo que lo sabemos todo, que no hay razón para que alguien intente enseñarnos algo con su experiencia de vida; pues el que ha vivido y se conoce a si mismo, entonces puede decir de el o de ella que es una persona con conocimiento y por lo tanto experimentado...
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