Durante algún tiempo consentí mi comportamiento afirmando que podía, que valía el tiempo y que con inspiración suficiente lograría cualquier meta, creí en la literatura que insinúa que las afirmaciones por sí solas pueden transformar la vida, sin embargo unos años después comprendí que los esfuerzos esporádicos, la inconstancia en la auto educación y la negligencia acompañada de pereza nada tienen que ver con la disciplina constante, disciplina que si bien es cierto tiene sus propios periodos de incubación para el logro de las grandes recompensas, también es cierto que termina por pagar mejor que la rebeldía o la apatía de la baja auto estima...
Nada puede garantizar mejor una transformación personal positiva que la disciplina constante y me gustaría que quede claro que no quise decir que la disciplina garantiza el éxito en cada ocasión, simplemente opinó que lo verdaderamente importante de las metas no es solamente alcanzarlas, pero también el tipo de persona en quien uno se convierte cuanto está haciendo un esfuerzo sincero con todo lo que puede y con todo lo que tiene para lograr sus objetivos en la vida, porque si usted consigue triunfar en sus deseos, lo mejor es que se convierta en un triunfador si quiere conservar y mejorar sus resultados...
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