Hace algunos años mi mentor me dijo que si uno es capaz de aceptar el gozo y los aplausos del triunfo en una venta, entonces, como en cualquier éxito en la vida también debería poder hacerse responsable de lo que sale mal en ocaciones, incluso cuando las cosas no resultan como se espera debido a que alguien más en el equipo se equivoco o que simplemente hace falta más preparación; ahora que lo pienso con más experiencia me doy cuenta que el único responsable de que me vaya bien en la vida o me vaya mal soy únicamente yo; es innecesario buscar a una persona a quien culpar por la negligencia o la ineptitud de uno mismo: si triunfaste hoy te lo mereces, tal ves por que lo qué haces lo haces muy bien o quizá por que alguien te ayudó a consueguirlo, de cualquier manera, en la posición en que uno se encuentre, las demás personas no son culpables por muestras propias elecciones, actitud y resultados, en realidad esas personas son valiosos elementos en el reto personal...
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