El desempeño se mide en base a la cantidad de logros alcanzados, mismos que empiezan y terminan con satisfacciones limitadas por el tiempo, mientras que la confianza entre las personas se crea con el sentimiento, con esas emociones que hacen perdurar de manera infinita los valores y las creencias que solamente pueden ser medidas de acuerdo a la calidad de vida que generan… Cuando se da de uno mismo, se está pagando por un sentimiento de satisfacción que nada tiene que ver con quienes reciben lo mejor de uno, debido a que dar tiene más valor para quien da lo mejor de si y esta es una transacción comercial de los más elevados estándares de calidad; esa calidad que requiere que uno se adapte a todos los cambios y circunstancias en la vida…
Pasamos gran parte del tiempo persiguiendo únicamente las metas que pueden ser medidas con números, en cantidades que solamente dan satisfacciones momentáneas y que al pasar de los días se convierten en necesidades que urgen a desear más logros cada vez y aunque esta bien desear más metas alcanzadas, la otra mitad de las intenciones muy bien pueden ser dirigidas hacia ideales elevados por el desarrollo de un carácter sofisticado; servir a las personas para que consigan su máximo potencial natural es un ideal que tal vez nunca se logre por completo y aun así, todos los esfuerzos son válidos para conseguir esa visión un poco más con cada intento; lo importante es mantenerse vigentes y participando productivamente para conseguir el ideal que hemos escogido y para lograrlo uno debe estar rodeado de las personas que nos quieren tener a su alrededor y no debería ser de otra manera…
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