sábado, 18 de julio de 2020

INTEGRIDAD, UNA CAPACIDAD MENTE, CUERPO Y ESPÍRITU

Los cambios generan el tipo de estrés que casi nadie quiere experimentar, nos resistimos a creer que sea necesario modificar nuestra actitud y maneras de hacer las cosas argumentando quizá que la naturaleza humana es así, sin embargo, estas actitudes y conductas si pueden ser modificadas por uno mismo, si y solo si, se admite su existencia, tal como se hace con cualquier otro padecimiento humano... El exceso de incertidumbre provocado por el ambiente emocional en el que uno se llega a ver envuelto en la vida laboral, comercial, familiar y social dispara el miedo a perder algo que sentiamos seguro o a no obtener algo que creíamos merecer y el miedo fuera de control limita las capacidades humanas que nos ayudan a trascender los cambios; el liderazgo en toda su definición es responsable de la generación de ambientes emocionales que infundan certeza, sentido pertenencia y apreciación por el bien común en las personas que siguen el diderazgo paternal en casa, el trabajo o los equipos deportivos y estas emociones facilitan la adaptación al cambio...


Las investigaciones más recientes muestran que la actitud humana ante el estrés es transformable; de incapacitante a impulsora, de limitante a potenciadora del carácter y de desgastante a protectora de la integridad; que dicho sea de paso es importantísimo desear ser y hacerse coherente e íntegro en los diferentes aspectos de la vida; es un verdadero sin sentido decir: mi vida en lo personal es un desastre, lo acepto y esta bien, porque afortunadamente en el trabajo que es lo que yo amo, soy muy exitoso a pesar de las personas que me rodean; una actitud cómo esta carece de integridad y no genera confianza a las demás personas; el mundo está cambiando cada vez más rápido y el estrés como mecanismo adaptativo es imprescindible y no podemos permitir que la desesperación estresante de otra gente nos consuma; transformemos el estrés en fe, valor y un cuerpo sano para enfrentar las oportunidades del desarrollo; debemos admitir que siempre habrá un costo para hacerlo y aceptemos pagar por los buenos sentimientos, recordemos que si damos valor a la vida recibimos un sentimiento de satisfacción y esto nada tiene que ver con quien recibe y si con el hecho de que todo el valor siempre se queda en quienes dan a la vida...

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