La habilidad de lidiar con la derrota es un tema que algunas personas ni siquiera consideran como relevante, mientras que otros seres humanos se apresuran a fallar y fallar en grande lo más pronto posible con el objetivo de alcanzar sus metas en mejores tiempos; y en realidad no importa la perspectiva que uno le dé a cualquiera de estas dos ideas, si y solo si uno mismo se siente bien con sus propios reultados; el hecho es que mientras uno se mantiene persistentemente activo (a), la salud física, mental y emocional seguramente se está optimizando; sin embargo, debemos admitir que no es lo mismo hacer, hacer, hacer, que ser productivos durante el día...
La responsabilidad que se asume a título personal juega un papel importantísimo en el desempeño de todas nuestras actividades; creo firmemente que el derrotero que uno escoge para llegar a conseguir lo que uno quiere en la vida tiene más impacto cuando uno mismo se hace consciente del tipo de persona en la que se esta convirtiendo mientras está tratando de lograr sus metas, que lo que las metas en sí mismas representan; y sin afán de menospreciar el valor de los objetivos personales en la vida, siempre me siento más optimista al pensar en todas las personas a quienes se ayuda mediante el proceso personal de crecimiento que implica el manejo adecuado de las derrotas y la consecuente adquisición del valor agregado una vez que se alcanzan las metas, incluso cuando estas no se consigan al cien por ciento...
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