Aquellas experiencias que para algunas personas representarían una frustración pueden significar un éxito personal para otras en la conquista de si mismos; y es que ver disminuido el entusiasmo en nuestros esfuerzos cuando intentamos cumplir lo que creemos que es importante para otra gente es muy normal, a menos que nuestro propósito sea copiar las personalidades ajenas... Las limitaciones que provocan en nosotros la pereza y la intolerancia a la disciplina en nuestra vida pueden ser originadas por la falta de motivos validos para nuestra naturaleza personal, por ende la intensión en nuestras acciones puede ser de baja intensidad...
Ser conscientes de que la debilidad nos asalta cuando estamos descuidados, durmiendo en nuestros laureles o cuando pensamos en todo el trabajo que tenemos que llevar a acabo para lograr los resultados tan deseados, puede ayudarnos a reconocer que son los pequeños éxitos personales los que nos impulsan a tomar las decisiones correctas y nos acercan al cumplimiento de nuestras propias metas; es imperativo aceptar que los resultados que ansiamos nos eluden debido a que nuestras expectativas están basadas en la aprobación de los demás, en el todo o nada de las cosas, en vez de construir nuestras metas como se hace con cualquier hermosa edificación que pretende durar para la posteridad, ladrillo por ladrillo, un día a la vez y con una base firme de fe esperanza y caridad para uno mismo y nuestros semejantes...
Aclaro, ser un buen ser humano dista mucho de ser un sinónimo de debilidad, por el contrario, es un indicador de fortaleza y templanza...
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