DUPLICANDO UNA PERSONALIDAD

Con gran frecuencia se puede observar a algunas personas que dentro de su ambiente laboral ostentan una personalidad de altives y prepotencia hacia quienes en realidad deberían de servir con gentileza, aun cuando esto lo hicieran por mera conveniencia, pues son esos clientes o colaboradores quienes proporcionan los medios para generar ingresos en pos del bien común; estas características de personalidad fuera de ser corregidas con ideas sanas y constructivas por las personas mas allegadas a esos personajes sin carácter civilizado, son imitadas e incluso duplicadas exponencialmente por hombres y mujeres con una auto estima baja; al parecer el poder de decisión y de control que esos ambientes sociales y de posición laboral les permiten adquirir, les habilitan para adoptar una personalidad que desearían tener, pero que definitivamente no están dispuestos a esforzarse por conseguir...

Los deseos y la fe en acción son características de quien comprende que sus pensamientos y emociones son los moldeadores de su propio destino, pero para las personas sin un carácter civilizado lo verdaderamente devastador es que al final de su turno o posición regresan a la lastimosa pequeñez que genera la pereza y la comodidad mediocre que controla sus vidas; parece que no están realmente interesados en desarrollar el carácter que puede llevarles de la cultura del parecer y el enmascaramiento a un estilo de vida del ser en si mismo; liberar la mente y las emociones de las limitantes que evitan que alcancemos todo aquello para lo que hemos sido creados como seres humanos es una tarea diaria y un destino preciso de alcanzar; para lograr esto debemos admitir que de la familiaridad nace el menosprecio; por lo tanto aquello que creemos tener porque lo vemos con regularidad deja de ser interesante... El éxito del hombre se basa en la habilidad de convencer, de venderse a uno mismo la idea de que una mente rebosante de optimismo creador, así como el esfuerzo constante y sostenidos son una obligación humana...