Las emociones bien disciplinadas caracterizan a los hombres y a las mujeres que se aceptan conscientemente responsables de sus acciones, ellos reconocen que entre los errores de comisión y los errores de omisión, la derrota puede ser siempre el mejor nuevo comienzo; y mientras que gran parte de los seres humanos se conforman con una vida de existencia en lugar de una vida de contenido, las personas que practicamos los buenos hábitos comprendemos que para cada esfuerzo disciplinado y constante existe una recompensa múltiple... El arte de enseñar estos conceptos está directamente relacionado con el arte de aceptar ser enseñados, pues sin la capacidad de aceptar lineamientos el ser humano se ve dominado por la necesidad y la obligación en lugar de ser regulado por la responsabilidad, una responsabilidad que genera grandes dividendos...
El ser humano exitoso comprende que se puede ser liderado sin perder la integridad y la libertad personales, este es un arte de la mente, arte que fomenta en los verdaderos líderes la capacidad de persuasión... Es importante extender la influencia positiva de los buenos hábitos, aunque seguramente el debate y la oposición tendrán que ser enfrentados cuando de expresar las buenas ideas se trate, pero esto siempre ha sido y será una constante en el derrotero del éxito; pero cuando el carácter ha sido bien civilizado por la auto educación este evita someterse a discusiones ignorantes e innecesarias, así es como se desarrolla la personalidad del triunfador; debemos admitir que en la naturaleza lo que no está creciendo y desarrollándose, en realidad se esta extinguiendo... Mi mentor me dijo alguna vez, no camines detrás de mi porque tal vez no vaya hacia tus metas, tampoco camines delante de mí porque es posible que no te siga, mejor caminemos juntos como amigos compartiendo las experiencias de las buenas disciplinas...
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