Las leyes del crecimiento y adaptación de los seres vivos se cumplen en todo tiempo y lugar; los seres humanos no llegamos a las circunstancias actuales por la tiranía del destino, sino por el conjunto de pensamientos y emociones que cultivamos en nuestra existencia... En realidad el pensamiento atrae todo aquello que secretamente alberga, aquello que ama y también aquello que teme; de hecho si así lo desea, puede alcanzar la cúspide de sus más preciadas aspiraciones y también puede caer al nivel de los más bajos instintos del ser humano que lo genera; las circunstancias son los medios por los que el ser humano recibe todo lo que realmente le pertenece...
Cada semilla de pensamiento sembrado en la mente se reproduce a sí misma floreciendo tarde o temprano en acciones y emociones; produciendo así también sus propios frutos de oportunidad o desaliento... Buenos pensamientos producen buenos frutos, pensamientos equivocados frutos no deseados; el entorno y las circunstancias toman forma en el mundo interno de los pensamientos, por lo tanto todas las condiciones externas agradables y desagradables son factores que finalmente existen para el bien del individuo, el hombre o la mujer debe aprender tanto en el dolor como en la alegría; ya sea que se gane o que aprenda, porque los pensamientos positivos por si solos serian apenas nada sin las acciones necesarias para su materialización en la realidad consciente de los individuos que gustan del progreso personal...
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