Los seres humanos absorbemos la energía de las personas que nos rodean y quienes aprecian la vida por todo lo que hay en ella irradian su chispa de optimismo sirviendo a los demás, siempre están buscando lo mejor de cada circunstancia y de cada persona, aprecian a sus semejantes no solamente por lo que son, sino por todo lo que pueden llegar a ser; estos inspiradores saben que cuando se invierte tiempo dinero y esfuerzo en la gente y en su potencial, se generan grandes recompensas y por eso deciden ser fuente de inspiración; para ellos el futuro está lleno de asombrosas oportunidades y metas muy imaginables; ser parte de los que infunden optimismo y elevan la moral de otras personas sin dejar de estar atentos a la realidad actual, requiere de buena voluntad, estudio y mucha práctica; siempre es una buena idea compartir las experiencias y participar del poder de la inclusión, pues todos valoramos el pertenecer; demostremos con acciones nuestra gratitud por la vida que tenemos...
Atraer y expresar la buena vibra requiere de ser agradecidos y esta capacidad se puede explicar como la habilidad de inspirar entusiasmo, interés y confianza en las personas, es un estilo de vida que se puede aprender y que vale el esfuerzo duplicar; quienes adquieren esta maravillosa capacidad, gozan de compartir su virtud con la gente que compone sus círculos sociales, aman la vida por todo lo qué hay en ella, se apasionan por los retos y ayudan a los demás a superarlos, son parte de las soluciones y hacen lo correcto en favor de las causas justas, expresan su gratitud agregando valor a la vida con acciones y no solo de palabra; procuran no quejarse, ni excusarse en cada oportunidad, son pensadores optimistas y cálidos en el trato; irradian su energía de manera infecciosa y rara vez esperan reconocimiento, su sonrisa contagia y cuando una persona ve una sonrisa así, invariablemente sonríe de regreso...
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