sábado, 22 de marzo de 2014

ABRIR LA MENTE CON LA LLAVE DE LA TOLERANCIA

Crear historias acerca de lo que la gente piensa de nosotros y que no necesariamente nos agrada, es lo mismo que decir: Pienso que tu piensas de mi; sin embargo, estas son ideas y nada mas; en realidad estos pensamientos equivocados son los que nos insinúan que de alguna mágica manera podemos saber lo que los demás opinan de nosotros debido a sus gestos faciales o a sus actitudes y algunos de estos procesos mentales llegan a motivarnos en ocasiones a sentirnos culpables, iracundos y tal vez hasta resentidos por algo que quizá esta muy lejos de ocurrir, porque seguramente la gente tiene cosas mas importantes en que pensar que aquello que nosotros consideramos importante, mientras lo verdaderamente apremiante es no tomarnos tan en serio... Una conducta errática nos puede orillar a tomar decisiones que perjudiquen nuestras relaciones interpersonales en el trabajo, con la familia, con los amigos y en cualquier ambiente social en donde la convivencia interactiva entre la gente y nosotros es necesaria e imprescindible... 

A propósito de la palabra "nosotros", la utilizo continuamente porque las referencias a las actitudes emocionales en los artículos que escribo están basadas en el reflejo personal que algunos seres humanos podemos encontrar entre las conductas emocionales de otra gente y nuestra personalidad, es decir, "Un espejo emocional" que me ha convencido de que la tolerancia a la frustración es una facultad emocional que se puede aprender y practicar cuando nos vemos  reflejados en la vida de los demás, nos permite desarrollar conocimiento para mejorar en nuestras propias actitudes a través del ahorro de experiencias, pues existen hombres y mujeres que ya han superado con éxito aquello que pudiera estarnos molestando, entristeciendo o desequilibrando emocionalmente... La baja tolerancia a la frustración es una actitud natural que se puede superar aprendiendo con humildad la manera como lo han hecho los que disfrutan de paz emocional; de hecho, a algunos de nosotros nos haría bien estar dispuestos a desarrollar y practicar esta habilidad para eliminar la absurda idea de que lo sabemos todo, quizá el mejor principio es no defendernos de lo indefendible y evitar argumentar excusas absurdas a nuestros propios comportamientos...

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