El ser humano debe quererse a si mismo y no quiero decir que debe mimarse o endiosarse, pero eso si, para amarnos a nosotros mismos es indispensable llevar una vida fructífera aún en los momentos de mayores retos; son muchas las maneras en las que nos menospreciamos, una es el creernos inferiores a las circunstancias, frecuentemente les atribuimos una superioridad que solo es imaginaria, exageramos sus cualidades y ante ellas hacemos resaltar con saña nuestros defectos, el engaño esta en que juzgando el exterior por sus apariencias, pensamos que es cierto eso de su fuerza y devastación, su poder para arrodillar al ser humano, si observáramos mas profundamente nos daríamos cuenta de que la enfermedad, como nuestros semejantes aun los que parecen mas admirables, llevan en el alma las cicatrices de algunas derrotas y esto nos ayudaría a ser menos severos al juzgar las nuestras...
A quienes van por la vida abrumados por la idea de que el ser humano es débil, yo les diría, viendolo bien usted es bastante capaz y afortunado, nadie que le conozca puede decir que no haya sido aunque sea en cierta medida, prudente y afortunado, pues el haber logrado que su vida sea como es hoy, es prueba de que sabe conducirse, ademas a su alrededor hay personas que le estiman y le quieren, así que despierte, quítese ya esos lentes ahumados del pensamiento, ocupe el lugar que le corresponde y convénzase de que usted es capaz de enfrentar cualquier dificultad; por lo general todos pintamos dos retratos de nosotros mismos y luego los guardamos por separado para no mirarlos al mismo tiempo, uno de esos retratos tiene agradable colorido, seduce a la vista, en el nos reflejamos adornados con todas nuestras cualidades, el otro es de tonos sombríos y nos muestra con todos nuestros defectos, los dos retratos son exagerados y no son fieles a nuestra verdadera imagen, es mas, no deberíamos guardarlos por separado, sino juntos, para mirarlos día tras día hasta que acaben fundiendose en uno solo, para entonces conocer nuestro verdadero retrato, la justa dimensión de nosotros mismos, sin agrandar ni disminuir lo bueno, sin atenuar ni exagerar lo malo, un retrato fiel y nada mas...
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