domingo, 29 de marzo de 2020

ESTE ES EL MOMENTO PARA CIVILIZAR EL CARÁCTER

Durante una mañana de trabajo hace algunos años, mientras disfrutaba de un buen café en un espacio designado para desayunar cerca de la sala de ventas de una empresa para la que yo trabajaba, me percate de que se estaba llevando acabo una discusión entre un hombre que parecía bastante maduro y una joven de diecinueve años, la discusión giraba en torno a la programación que cada quien quería ver en la televisión en ese momento y en algún punto de la discusión ya acalorada, el hombre se levanto de su asiento y lleno de ira gritó, muy bien...! pues vean lo que se les antoje, porque a mi esto no me gusta; acto seguido se dirigió a la televisión, la apago y salió furioso de la sala balbuceando que eran niñerías lo que la jovencita le estaba haciendo a el...


Con ese escenario me traslade a mi niñez; cuando alguno de mis amiguitos no le gustaba cómo iba el juego de canicas y siendo suyas todas las canicas las recogía y abandonaba el juego lleno de ira y resentimiento, llevándoselas todas y dejando a todos los demás sin jugar, aunque yo creo que seguramente quien mas lo lamentaba después, era el, tal vez con un sentimiento de culpa, acompañado de un miedo terrible a ser juzgado y no ser invitado a jugar nuevamente; en ese carrusel de emociones infantiles uno es asaltado por el soberbio pensamiento de que se tiene la razón por haber sido tratado equivocadamente, sin embargo, ya como adultos debería ser diferente, aunque todavía me pregunto que necesidad hay de alterarnos así y pasar por esos momentos tan bochornosos? Especialmente si ninguno de los personajes quiere reconocer sus errores de juicio, tal y como sigue sucediendo entre algunos niños en la actualidad... Es aquí y ahora estando en casa, cuando se define un carácter sofisticadamente maduro...

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