Vigilemos los pensamientos porque estos se transforman en palabras, cuidemos las palabras, porque estas se convierten en actos, seamos precavidos con nuestros actos porque estos se pueden convertir en hábitos, vigilemos los hábitos porque ellos constituyen nuestro carácter y vigilemos nuestro carácter porque él forjará nuestro nuevo destino, un día a la vez...
En realidad nadie puede ejercer influencia sobre nuestra manera de pensar y de sentir a menos que se lo permitamos, he llegado al convencimiento de que nadie nunca nos obliga a preocuparnos o reaccionar de manera equivocada, en realidad somos nosotros los que nos preocupamos o tenemos miedo, son nuestras expectativas no cubiertas las que nos generan frustracion, ira y un gran sentimiento de intolerancia, sin embargo, ha sido lo que no se cumplió como queríamos y que seguramente esperábamos de las personas y la vida lo que nos lastima; pero las expectativas las creamos nosotros mismos con pensamientos sobre cosas que son imaginarias, por lo tanto, servir de mucho en casa y amar a nuestra familia, mesurar nuestras expectativas y extender la mano sinceramente dispuestos a ayudar a quien pide ayuda, nos hace más fuertes en la convivencia un día a la vez...
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