Yo creo que el secreto de los matrimonios felices esta en las sencillas muestras de afecto que se dan el uno al otro, en el mutuo aliento entre marido y mujer, sentir que nos aceptan, nos aprueban, nos necesitan y que a pesar de que nos conocen perfectamente, nos quieren tal y como somos; esto permite que la dicha nos inunde el alma con un sosiego que va mas allá de todo conocimiento... Para amar al prójimo, debemos reconocer que el prójimo tiene derecho a su individualidad, a pensar sentir y actuar de manera diferente a como nosotros lo hacemos, esto nos vuelve tolerantes y nos libra de caer en la tentación de creer que siempre tenemos la razón y que los demás estan equivocados, debemos renunciar al celoso espíritu de posesión con el que deseamos ser amados por los amigos, los hijos, incluso por la pareja, esto no es mas que egoismo, que nos lleva a tratar de manipular las vidas de los demás...
Hay muchos ejemplos de esta tiranía afectiva... Como el papa, que despreciando las inclinaciones artisticas de su hijo, se empeña en que sea comerciante, o la mama, que bajo el pretexto de los lazos afectivos, esclavisa a su hija y no le permite que viva su juventud; cuando nos empeñamos en que los demás ajusten sus ideas y conductas a lo que mosotros creemos que es bueno, justo y decoroso, estamos mostrando la incongroencia de nuestra fe en los principios que supuestamente nos guian, quien esta seguro de si mismo y de aquello en lo que cree, es profundamente tolerante con la manera de ser y de pensar de los demás, pero la persona que es voluble y de convicciones muy pobres, no tolera que la contradigan, el verdadero afecto se demuestra cuando dejamos de exigir que la persona amada se convierta en imagen y semejanza nuestra, cuando damos libertad...
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