jueves, 30 de agosto de 2012

EL ORIGEN DE NUESTROS TEMORES

En algún momento de nuestras vidas a todos nos asedia el temor y las preocupaciones, pero a estos enemigos los podemos vencer con la tranquilidad de espíritu, la capacidad de sentir temor es en cierto modo una bendición para el ser humano, muchas veces, gracias a ella desarrollamos nuestro intelecto, nuestro ingenio creativo e incluso nuestra moralidad, el temor es útil cuando el peligro que enfrentamos es verdadero, pero ¿serán verdaderos los peligros que inspiran la mayoría de nuestros miedos?... Vamos a examinar los temores que podemos llamar de primera persona, a veces nos inquieta nuestra salud, creemos que el corazón o que nuestros pulmones andan mal, que nuestra presión arterial esta muy alta o que padecemos de insomnio por que algunas noches no dormimos bien, a cada rato nos tomamos el pulso y estamos muy atentos a detectar los sintomas de alguna enfermedad en cualquier alteración momentánea, otras veces, lo que nos preocupa es nuestro carácter, nos sentimos inseguros, nos quejamos a todas horas de nuestros fracasos e imaginamos que somos criticados y despreciados por los demás, esta clase de temores pueden llegar a presentarse bajo un disfraz..

Por ejemplo: La desconfianza en nosotros mismos, se puede disfrazar de un temor enfermizo a las grandes alturas o a los espacios cerrados, el temor también puede tener la apariencia de un padecimiento físico... En la ciencia medica, la medicina psicosomática nos habla de que muchas enfermedades, desde un simple catarro hasta una complicada artritis pueden atribuirse a desordenes psíquicos, pues es mas fácil tener achaques que tener fortaleza, la delicada salud de muchos enfermos crónicos, de acuerdo a las investigaciones medicas, no pasa a ser mas que in artificioso disfraz de sus arraigados temores, esa sensacion de inseguridad que a veces nos invade, proviene probablemente del temor que sentiamos de niños cuando en realidad eramos débiles e incapaces; sabíamos que habia una gran diferencia entre nuestra debilidad y la fuerza de las personas mayores, aun que esa diferencia desaparece a medida que crecemos y nos hacemos adultos, el niño que habita en nosotros esta siempre atento para hacernos pagar una y otra vez por las culpas y los errores del pasado que ya dabamos por olvidados... Este es el momento para abrir nuestra mente y ubicar un programa de auto ayuda o asesoria de un profesional que pueda ayudarnos a ser libres del temor...

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