El desafío que los seres humanos enfrentamos en la economía universal, es poder alcanzar la capacidad de aceptar que en nuestro mundo no se desperdicia nada, incluso a través del fracaso, siempre podemos, si queremos, aprender una lección de humildad que por dolorosa que sea, es probablemente necesaria... Por medio de nuestras experiencias y el dolor que produce resistirse a ellas, algunos de nosotros hemos aprendido que tener dinero o no tenerlo es irrelevante si nuestra estructura emocional esta descoyuntada, debido a que gastar o no gastar el dinero es únicamente parte del asunto; lo verdaderamente importante es el tipo de deciciones que tomamos cuando llevamos a acbo estas acciones... Por ejemplo: podemos utilizar el dinero para engrandecer la vanidad y el egocentrismo amasando una gran fortuna personal o por otro lado, desarrollar la capacidad de generar sentimientos de amor utilizando el dinero como un medio para hacerlo...
Para algunas personas esta puede ser una actitud mediocre, debido a que su carácter ha sido formado bajo una influencia egocentrista, sin embargo, un vistazo a la vida de la gente que atesora mas los bienes materiales que a aquellas personas que les aman, puede bastar como testimonio de lo que el dinero puede hacer cundo se apodera del sentimiento humano... ¿Decidimos utilizarlo o permitimos que nos manipule emocionalmente? ese es el dilema; el como decidimos sentirnos cuando llevamos a la practica las acciones de gasto o inversión es la verdadera escencia de nuestra relacion emocional con el mundo material... Compartir las dádivas preciosas de lo que hemos conseguido con nuestros esfuerzos y la gracia que nos ha sido otorgada para hacerlo es una tarea para toda la vida... La experiencia empieza a dar sus frutos con el desarrollo personal seguido de la gratitud provocadas por la paz emocional de vivir compartiendo la propia existencia y todos sus activos con las personas que nos aman y que nosotros amamos en correspondencia...
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