domingo, 21 de abril de 2013

LA COHERENCIA DEL AMOR CON EL CARACTER

Pocos seres humanos pueden decir con honradez que han hecho todo lo posible por mantener la unión de sus relaciones interpersonales, la mayoría de las personas podemos admitir que hemos hecho nuestro mejor esfuerzo solamente con algunos de nuestros vínculos de amor, cariño o afecto y que muchos otros nos han sido indiferentes mientras no nos perjudicaron; con respecto a nuestras demás relaciones interpersonales tal vez nos resultan verdaderamente antipáticas o sentimos rencor hacia ellas... Debemos comprender y admitir que es necesario desechar todas aquellas cosas que nos recuerdan asuntos desagradables con respecto al pasado en el amor, cartas, fotografías y cualquier indicio material que pueda trasladarnos por medio de la memoria a momentos dolorosos; seguramente mientras lo hacemos, podemos encontrar los motivos por los cuales paso lo que paso; si esto sucede, ahí debe quedarse, en el cesto de basura y en el pasado que no puede ser modificado... Es necesario aceptar, eso si, que la excesiva dependencia de otras personas nunca ha resultado, porque todos somos falibles y aun los mas preparados individuos algunas veces actúan defendiendo sus posturas, especialmente cuando nuestras exigencias son irrazonables...

Para ejercitar la mesura emocional debemos comprender que algunos de los seres humanos necesitamos algo mas que lo usual para mantener el equilibrio de nuestras relaciones en pareja, con la familia o en cualquier otro ambiente social en el que nos desarrollamos... Es imperativo hacer un esfuerzo aunque sea paulatinamente para descartar la idea de que podemos ser afectuosos con unas cuantas personas e indiferentes hacia los demás y que podemos seguir sintiendo rencor o temiendo a algunas otras, es importante que evitemos abrumar a nuestros seres queridos con exigencias irrazonables, de hecho, podemos empezar a practicar la cortesía, la bondad y la justicia con todas aquellas personas que nos caen mal, incluso al grado de tratar de comprenderles y apoyarles... Debemos tener sentido común y tacto, ser considerados y humildes sin ser serviles o rastreros... Es imperativo pararnos en nuestros propios pies y no arrastrarnos ante nadie, porque la nobleza, la firmeza de carácter y el amor son como una palmera durante un huracán, se tambalea, pierde sus hojas con la tempestad pero siempre regresa a su posición cuando esta bien plantada en la tierra fértil de sus pensamientos y emociones...

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