martes, 9 de abril de 2013

UN CARIÑO INTERMITENTE


Si permitimos que en nuestra existencia haya resentimientos profundos, estaremos malgastando horas, semanas, meses y a veces años que pudieron haber sido algo que valiera la pena; para quien se conoce a si mismo es evidente que una vida con resentimientos, solo puede conducir a la futileza y a la infelicidad... Vivir libres de la ira es indispensable para conseguir asociaciones genuinas con los amigos, con la familia y con la sociedad en general; el descontento y los excesos violentos de neurosis temporal no son para nosotros, de echo, pueden ser un dudoso lujo para personas libres de defectos de carácter, pero en lo general este tipo de experiencias emocionales son veneno para nuestras relaciones intra-personal e interpersonales... 

Seguramente hay personas que como yo han experimentado el pensamiento de no saber por que se estuvo a disgusto con alguna persona con la que no se ha hablado por años y que de pronto tenemos la oportunidad de volver a contactar o que nos contacte por medio de alguno de los modernos medios de comunicación; y es que de alguna extraña forma existe una vaga sensación de que algo no muy agradable sucedió en algún tiempo que determino la separación o la disolución de la amistad, pero simplemente no podemos recordarlo... Esta intermitencia en el amor, en el cariño o en el afecto que son facultades del alma humana, regularmente se debe a rencores ocultos en el subconsciente de alguna de la partes de la relación, estos resentimientos deben ser diluidos o solucionados, especialmente si lo que se desea es alimentar la capacidad de amar desinteresadamente y sin interrupciones...

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