La imaginación nos permite comparar la mente del ser humano con un jardín que esta a nuestro cuidado y al hacer esto podemos decir acertadamente que ya sea cultivado inteligentemente o dejado al abandono este jardín está destinado a producir de cualquier forma... Si se siembran semillas útiles se obtendrán frutos emocionales que todos querrán probar y compartir, pero si se descuida negligentemente, después de un tiempo las semillas emocionales que otros arrojen a nuestro jardín también producirán sus resultados y crecerán en abundancia... Por lo tanto, de la misma forma que un jardinero cultiva su tierra fértil manteniéndola libre de mala hierba y procurando con cariño la cosecha, así debe también el ser humano atender el jardín de su mente, evitando pensamientos inútiles y mediocres, incluyendo aquellos que provienen de afuera...
Es nuestra responsabilidad mantener una acción constante en el cuidado y atención al cultivo de las semillas de nuestro pensamiento, debemos procurar nuestro jardín mental con paciencia y con pensamientos positivos, porque así es como podremos mantenernos en el camino correcto hacia nuestras metas personales... Es crucial que durante este proceso disfrutemos cada momento del crecimiento y madurez que acompañan al dolor del desarrollo saludable, hasta que el resultado de estos cuidados produzcan las flores y frutos de las emociones útiles y placenteras... Sólo siguiendo este proceso el hombre y la mujer tarde o temprano descubre que él o ella son realmente los responsables de que su mente produzca frutos para el bien-estar emocional de si mismos y el de aquellos que los aman; por ende, estas personalidades son consideradas como un apoyo escencial del espíritu del universo que conspira para el mejoramiento de nuestra propia vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario...!