miércoles, 21 de mayo de 2014

EQUIDAD PARA LA VIDA EMOCIONAL

El individuo puede ser honesto consigo mismo y aún así sufrir de privaciones materiales; también un ser humano puede ser deshonesto al reconocer su personalidad; incluso puede ser deshonesto con la demás gente y aún así adquirir bondades en la vida; pero en ambos casos la conclusión usual de que el primero fracasa debido a su particular honestidad y que el segundo posee  riqueza gracias a su particular deshonestidad es solamente un juicio superficial que asume al deshonesto como corrupto casi por completo y al honesto casi enteramente virtuoso, sin embargo, a la luz de un profundo conocimiento de si mismo y con mayor experiencia, tal juicio se encontrará en duda; porque el deshonesto ha de tener algunas habilidades que le facilitan generar bienestar, habilidades que el otro no posee y el honesto ha de poseer algunas virtudes que están ausentes en el que es deshonesto...

Lo cierto es que cada persona cosecha para si mima las emociones que resultan de sus conceptos y perspectivas de la vida; puede atraer el dolor que sus errores le producen y las alegrías resultantes de sus aciertos, porque las experiencias buenas y malas son un fruto imparcial del ser en proceso de evolución... Un hombre o una mujer puede elevarse a grandes hazañas y descender nuevamente a la miseria de permitir que pensamientos arrogantes, egoístas y corruptos posean su personalidad; las victorias obtenidas mediante el pensamiento correcto pueden ser conservadas sólo con una vigilancia constante sobre el tipo de nutrición mental, física y por ende emocional que nos proporcionamos a nosotros mismos... Muchos individuos detienen los esfuerzos por mejorar cuando el éxito está casi asegurado y rápidamente caen en la actitud mediocre y derrotista nuevamente... Debemos recordar que todo logro físico, de negocios, intelectual, emocional o espiritual, es el resultado de los pensamientos correctos...

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