Casi cualquier persona puede testificar que las interrogantes acerca de nuestro desempeño individual durante una época de crisis de cualquier índole son diferentes a las de otros momentos y esto se debe particularmente a que los pensamientos pueden estar bajo presión; y si no se esta preparado o entrenado emocionalmente, los riesgos de equivocarse en la toma de decisiones son muy altos... Esta puede ser la explicación a la actitud y los procedimientos erráticos en el desempeño personal durante los momentos en que las circunstancias parecen estar en contra de nuestros anhelos...
En realidad estas conductas son un producto de las decisiones que se toman bajo estrés en época de crisis; se realizan cambios severos en la integración familiar, laboral o deportiva creando incertidumbre entre los miembros del gremio; un caos que puede conducir a la desintegración del núcleo familiar o los equipos de trabajo y deportivos... Estas son razones suficientes para darle la debida importancia al desarrollo de la "inteligencia emocional" que puede prevenir la frustración en las épocas de vacas flacas... Los líderes preparados conocen una gama considerable de herramientas emocionales para motivar a su familia y a sus colaboradores, procuran mantener el equilibrio y guían con el ejemplo, están siempre listos y dispuestos a trasformar las propias emociones en una fuente de creatividad, estrategias resolutivas, riesgos calculados y capacidades para el éxito...
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