Es muy común escuchar en los lugares de trabajo a algunas personas con autoridad decir que todos los problemas ajenos a las labores de la empresa deben quedarse fuera de las horas de trabajo, mientras algunos de los colaboradores replican en voz baja desde sus lugares, eso es lo mismo que nos dicen en casa cuando llegamos agobiados por el estrés proveniente de nuestros empleos; pero ¿como desintoxicarse de eso que parece tan difícil? Especialmente si no se conocen los disparadores del propio carácter? Y más aun ¿como evitar que estos síntomas nos catapulten a reaccionar con ira y egoísmo hacia quienes más nos aman? bueno...! eso es precisamente de lo que trata el desarrollo de la Inteligencia Emocional... Mejorar el estado de animo y la manera en la que se pueden gestionar las emociones propias y ajenas se puede aprender y debería de ser un ejemplo a duplicar en el liderazgo...
Disfrutar de la tranquilidad que da el no deberle a nadie es definitivamente una necesidad básica del bienestar para algunos de nosotros, pero aún cuando esta tranquilidad no esté presente, es necesario mesurar nuestras respuestas hacia las demás personas durante la turbulencia emocional que se genera con las circunstancias inevitables de la vida; los miembros de una familia y también quienes colaboramos en un equipo de trabajo debemos mantener relaciones interpersonales sanas y con buena conectividad, los logros de cualquier especie exigen un carácter bien civilizado que nos permita no solamente socializar pero también cooperar y antes de exigir obediencia o prestaciones, argumentando el derecho que se tiene a eso, es imperativo hacerse totalmente responsable de las propias actitudes hacia las demás personas...
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