Los seres humanos no somos nuestras emociones, solamente las experimentamos de acuerdo a los acontecimientos del día a día; la información que poseemos acerca de las posibles alternativas para gestionarlas es crucial para llevar a acabo un día placentero y aunque es cierto que al entrar a la oficina, a el taller o a el hogar los problemas en realidad no van con nosotros, nuestras emociones si están presentes, por lo tanto es un sin sentido exigir a otra persona que pare de llorar o deje de sentirse triste o irritado por algo que le esté afectando y que en lugar de eso sea positivo al respecto, tal como se hace con los niños al sufrir una caída y se raspan las rodillas; al tratar de hacer a un lado lo que sentimos en vez de gestionarlo, solamente se están embotellando las emociones que tarde o temprano se han de liberar del cautiverio y le saltan a uno encima como un tigre feroz generando reacciones de ira celos, tristeza y otros defectos de carácter con graves efectos hacia nuestras relaciones de familia, de trabajo y en la sociedad...
Gestionar las emociones es estar abiertos a experimentar, transformar y trascender los sentimientos tal y como son; se puede muy bien empezar etiquetando cada sentimiento tal y como se experimenta; me siento triste, me siento irritado, me siento entusiasta, me siento esperanzado, etc, y a partir de ese momento enfrentar cualquier evento, encuentro personal o experiencia que requiera de atención inmediata... Evitar las emociones tratando de encapsularlas y olvidarse de ellas puede generar estrés y hasta algún padecimiento físico; hagamos de este día lo mejor que podemos con la información que tenemos y busquemos una mejor preparación para gestionar las emociones en lo que hoy estamos viviendo; seamos partidarios del pensamiento positivo, claro que si, y también entrenemos nuestra agilidad emocional para vivir los días de manera productiva; hablar con alguien de nuestra entera confianza acerca de nuestros sentimientos es la práctica ancestral que a demostrado tener los mejores resultados en la vida de felicidad...
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