sábado, 15 de febrero de 2020

LEALTAD CORPORATIVA Y FAMILIAR HACIA LA JUVENTUD

Yo estoy plenamente convencido de que lo que hago me sigue fascinando aún en los momentos de máximo reto y hace algunos años comprendí que los cambios repetidos y constantes no me permitían desarrollarme profesionalmente, por lo tanto era conveniente, inspirador y emocionante mantenerme apegado a un ideal valioso; pertenezco a una generación en la que se nos enseñaba que la lealtad y el compromiso le ayudarían a uno a alcanzar las metas personales, sin embargo, a medida que las circunstancias tecnológicas, sociales y emocionales han ido modificándose los seres humanos que forman nuestra juventud de hoy piensan, sienten y actúan diferente; les escuchamos decir que no sienten que están creando impacto, que no se sienten motivados por la promesa del futuro, cuando solo han transcurrido un par de meses que ingresaron a su lugar de trabajo...


Tal vez hoy nos preguntamos a qué se debe la poca permanencia de los jóvenes en un trabajo y es qué tal vez no se ha utilizado el canal de comunicación correcto para transmitirles la visión de un futuro prometedor que les permitirá crear un impacto positivo, importante e inspirador en el mundo que les ha tocado vivir; tal vez solamente decimos en voz alta que ellos son el futuro del mundo y en la vida practica les exigimos lealtad, compromiso y obediencia a las políticas de la familia o la empresa en vez de ofrecerles una promesa que cumpla con los ideales que les gustaría alcanzar y defender; se les exigen metas y auto motivación para alcanzarlas, pero no se les enseña cómo hacerlo... Un mensaje que ofrece la oportunidad de participar en una empresa con una gran misión, con una visión llena de promesa y una filosofía coherente en todos los niveles, pero sobre todo incluyente, tiene que ser más grande que los mensajeros, los líderes debemos transmitir un mensaje comprensible, simple y repetible...

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