miércoles, 13 de mayo de 2020

LA EXPERIENCIA DEL TEMOR Y COMO NOS BENEFICIAMOS DE ELLA

El temor es una hebra emocional que se entreteje en nuestras vidas; cuando nos asedian el temor y las preocupaciones, es importante ser conscientes de que estos pueden ser vencidos con ciertas disciplinas; la capacidad de sentir temor es en cierta medida una bendición para el ser humano, pues gracias al miedo podemos, si así lo decidimos, desarrollar el intelecto, nuestro ingenio creativo e incluso nuestras capacidades físicas; el temor es útil cuando el peligro que enfrentamos es verdadero, sin embargo ¿serán verdaderos todos los peligros que inspiran la mayoría de nuestros temores? Vamos a examinar los temores que podemos llamar de primera persona; tal vez nos inquieta la salud, creemos que el corazón o que nuestros pulmones andan mal, que nuestra presión arterial esta muy alta o que padecemos de insomnio por que algunas noches no dormimos bien, a cada rato nos tomamos el pulso y estamos muy atentos a detectar los sintomas de algún padecimiento en cualquier alteración momentánea, otras veces, lo que nos preocupa es nuestro carácter o la carencia de recursos económicos, nos sentimos inseguros, nos quejamos de la circunstancias e imaginamos que somos criticados o que tal vez no tenemos lo necesario para salir adelante como los demás, esta clase de temores pueden llegar a presentarse bajo un disfraz...


La desconfianza en nosotros mismos se puede disfrazar de un temor enfermizo a las grandes alturas, a los espacios cerrados o miedo a realizar actividades para las que ya tenemos experiencia; el temor también puede tener la apariencia de un padecimiento físico; en la medicina psicosomática se habla de que muchas enfermedades, desde un simple catarro hasta una complicada artritis pueden atribuirse a desordenes psíquicos, pues es mas fácil tener achaques que tener fortaleza, la delicada salud de muchos enfermos crónicos de acuerdo a las investigaciones científicas, no es mas que un artificioso disfraz de sus arraigados temores, esa sensacion de inseguridad que a veces nos invade, proviene probablemente del temor que sentiamos de niños cuando en realidad nos sentíamos incapaces, creíamos que existía una gran diferencia entre nuestra condición y la fortaleza de las otras personas y aun que esa diferencia desaparece a medida que nos hacemos adultos, el niño que habita en nosotros esta siempre atento para hacernos pagar una y otra vez por las culpas y los errores del pasado que ya dabamos por olvidados; es necesario madurar y hacer una determinación individual para liberarse del virus del temor en la medida de lo posible y eso se puede conseguir con el ejercicio físico, la buen lectura, una alimentación adecuada, una agenda para el día y sobre todo con la tranquilidad de espíritu; la satisfacción del buen dormir seguramente llegara después de practicar estas simples disciplinas...



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