sábado, 9 de junio de 2012

LA SERENIDAD HABITA EN NUESTRO INTERIOR

La serenidad es una facultad emocional y espiritual muy elusiva para los amargos de corazón, especialmente, para todos aquellos que utilizan el sarcasmo para ocultar su vulnerabilidad ante la vida y sus semejantes; y omo no habría de serlo, si esa tranquilidad solo la poseen los "honestos consigo mismos"... El vestir una mascara en la vida sin mostrarse tal como se es, significa que todavía no se a aceptado uno mismo y la habilidad emocional de aceptar a las personas, las cosas, las circunstancias y a uno mismo tal como se es; es esencial para disfrutar de la serenidad, por lo tanto las alteraciones emocionales que producen la mentira y el esconderse de la realidad a través del consumo de cualquier sustancia que ayude a la fuga mental y emocional, provocan que se inhiba el bien-estar de la paz emocional en el pensamiento y las sensaciones... La tranquilidad se experimenta en nuestro interior, así que cuando permitimos que la felicidad, la alegría y la libertad que merecemos, irradien conscientemente desde el interior de nuestro ser y se manifiesten en el exterior a través de actos de amor (buena voluntad) hacia nosotros y nuestros semejantes con un semblante verdadero, podemos, si queremos,  evitar que la cara de amargura y los actos insensatos de algunos otros nos afecten...

Quien lo hace seguramente tiene días pacíficos... Evitemos pensar en emociónes violentas... Permitamos que nuestra personalidad sea la del hombre o la mujer racionales no la del monstruo... La irritabilidad causada por la frustración, es precursora de violentas explosiones de cólera, a la que le siguen una culpa devastadora y consecuencias inevitables. "La ira es un lujo que solamente se consigue con actos de soberbia"... Es nuestra responsabilidad mantener nuestros pensamientos acordes a nuestros deseos honestos de paz para lograr el equilibrio emocional... Observemos  y aprendamos de la naturaleza, ella nunca expresa furia, pues ella es natural al expresar su comportamiento, incluso en sus fenómenos mas devastadores... El ser humano por otro lado es por naturaleza de un instinto gregario, tiene que convivir con otros de su especie para vivir y sus relaciones ínter-personales requieren de mesura en el trato y el comportamiento, por lo que la serenidad debe ser cultivada con aceptación, valor, sabiduría y buen juicio...

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