domingo, 31 de marzo de 2013

LA CARIDAD EMPIEZA EN LA PROPIA CASA

El amor y la felicidad son facultades emocionales que nacen, se desarrollan y prosperan en nosotros, pero no queremos entrar en nosotros mismos, quizá no los vemos porque nuestra obstinación nos hace desatendernos del bien mayor, "la tranquilidad de espíritu" para correr detrás de otros bienes; en la enseñanza moral de la juventud, debería concederse la misma importancia a los deberes del ser humano para consigo mismo que la que se le da al los deberes para con el prójimo; uno de los grandes descubrimientos de la psicología moderna nos enseña que los estados de ánimo son mucho mas complejos al referirlos a nosotros mismos que cuando los referimos a otra persona, esto nos puede ayudar a entender que el mandamiento divino de: "Amaras a tu projimo como a ti mismo" se puede interpretar sin cambiar su significado diciendo, aprenderás a amarte a ti mismo en la medida de lo justo y así sabrás amar a los demás... Un caballero que pertenece a la alta sociedad me platicó durante una sesión de cafe una de sus experiencias diciendo que hace algunos años durante una campaña en favor de los pobres decidió escribir una carta al director de esa campaña ofreciendole su ayuda; el decía en su carta que a pesar de saberse lleno de defectos, los cuales describió ampliamente y al detalle, confiaba en que su entusiasmo los podría disimular y que eso lo convertiría en un útil colaborador para esa campaña...

La carta de respuesta del director decía lo siguiente: Señor, admiro la humildad con la que habla de sus defectos, pero siendo tantos como usted lo asegura, siento un gran temor por los pobres a los que deseamos ayudar, como "La caridad empieza en la propia casa" me permito sugerirle a usted, que procure ser mas caritativo consigo mismo antes de tratar de serlo con los demás... No faltara quien diga que ese fue un mal consejo, alegando que todos tendemos a querernos mas de lo debido y que la nobleza del carácter consiste en renunciar a nosotros mismos por amor a los demás y con afán de servirles, yo creo que juzgar así a la humanidad es no conocerla, hasta donde será verdad eso de que el ser humano por su naturaleza, esta inclinado a quererse, a ser bondadoso consigo mismo, según se ha visto, sucede lo contrario, con frecuencia somos mas despiadados con nosotros mismos que con el prójimo, y si no, ¿como explicar los suicidios y otras formas de muerte mas lenta? Como el abuso del alcohol, de las drogas, el libertinaje, en este mundo abundan las personas que sin caer en estos extremos, se mutilan moralmente al estimarse en mucho menos de lo que en realidad valen, cometen una especie de suicidio moral al ahogar su talento, sus energías y sus facultades creadoras; la realidad es que al menospreciarnos a nosotros mismos, cometemos un delito muy grave, no solo contra nosotros, sino contra la sociedad, por que en un estado así, no podemos compartir nuestros talentos ¿como estimar a nuestro prójimo, si antes no lo hacemos con nosotros mismos?...

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