viernes, 7 de junio de 2013

ACTITUDES INFANTILES QUE NOS PERSIGUEN TODA UNA VIDA

Hace algunos años durante una mañana de trabajo mientras me disponía a disfrutar de un buen desayuno en el comedor de una empresa en donde yo colaboraba, me percate de que se estaba llevando acabo una discusión entre una mujer madura y una jovencita; la discusión giraba en torno a la programación que cada quien quería ver en la televisión ubicada en ese comedor, en algún momento de la discusión ya acalorada una de ellas se levanto del asiento y llena de ira grito, muy bien, pues vean lo que quieran, a mi este programa no me gusta; acto seguido se dirigió a la televisión, la apago sin importarle los demás y salió furiosa del comedor balbuceando que eran niñerías lo que la muchachita le estaba haciendo a ella... Con ese escenario me traslade mentalmente a mi infancia, cuando algo no me gustaba del juego de canicas y si todas eran mías, recogía mis canicas y abandonaba el juego lleno de ira y resentimiento, llevandomelas todas y dejando a todos los demás sin jugar; eso si era un acto de mal juicio... 

Hoy acepto que quien mas lo lamentaba después de un rato era yo, obviamente; un terrible sentimiento de culpa se apoderaba de mi, acompañado de un miedo exagerado a ser juzgado por mi comportamiento; en ese carrusel de emociones, era yo asaltado por el soberbio pensamiento de que tenia la razón porque me habían tratado equivocadamente en el juego que yo quería ganar... Hoy la vida es diferente; y con regularidad me pregunto ¿Si realmente es necesario alterarnos emocionalmente hasta el grado de enemistarnos con la gente que convive con nosotros? ¿Será una alternativa saludable el experimentar esos momentos tan bochornosos?... Y a propósito, del escenario en aquel comedor, ninguna de las dos mujeres reconoció sus actitudes, ni siquiera se dirigieron la palabra otra vez hasta donde yo recuerdo, tal y como me sucedía a mi, cuando niño... Es imperativo deslindar responsabilidades en un estilo de vida saludable, reparar los daños cuando nos sea posible hacerlo y evitar las actitudes infantiles en la edad adulta, por que pueden terminar con nuestras relaciones interpersonales, incluso aquellas que deberían de ser para toda la vida...

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