domingo, 16 de junio de 2013

EL HONOR DE SER EL HIJO DE UN BUEN PADRE

Hace algunos años aprendí que el perdón y la gratitud son facultades indispensables para la libertad emocional y el crecimiento espiritual, sin embargo, para llegar a esta comprensión tuve que enfrentar una gran dificultad en mi vida para verme obligado a llevar a la practica esas dos herramientas emocionales que tanto me han servido a lo largo de mi vida... La soberbia era un defecto de carácter que no podía y no quería ver en mi, por lo tanto, me era imposible aceptar su existencia en mi vida; pero con la ayuda de mi Padre y la gracia del "Poder universal" llegue a comprender lo que esas dos facultades significan en realidad... Durante una conversación informal como todas las que tenemos con regularidad, mi Padre me dijo lo siguiente: La "Gratitud" es un don que con la practica puede transformarse en virtud, agradecer de palabra lo que se recibe cada día es muy bueno, sin embargo, la gratitud en acción es todavía mejor y esto significa hacer una lista de todas las bendiciones en nuestra vida y darles su mayor valor a todas y cada una de ellas, utilizándolas como un medio para el bien de nuestros hijos, esposa y amigos... El hecho de que quien nos ama desee o no compartir con nosotros algo en la vida, así como su permanencia en la misma, no depende de nosotros; si queremos elevar una emoción gratificante, debemos compartirla nosotros mismos o mejor dicho dejarla libre para que los demás también la perciban...

Ya entrados en la charla y conmigo muy entusiasmado por lo que acababa de escucha y entonces hice un comentario: Bueno hemos hablado con frecuencia acerca del perdón, esta palabra es un tema muy tratado en libros, incluso se habla de esta facultad en entrevistas y conferencias, pero realmente no termino de entender como se lleva a acabo la acción de perdonar; a lo que mi Padre respondió: Perdonar es simplemente evitar en nuestra mente darle importancia al asunto en cuestion, dejar de darle vueltas en nuestro pensamiento y en el corazón, parar de hablar de ello una y otra vez con cada persona como si ese asunto fuera el motor de nuestras vidas; con esta actitud eventualmente se eliminara el resentimiento de nuestro corazón y del alma... Por que de hecho, ese dolor, ese resentimiento, la culpa o el clavo emocional fue diseñado y puesto en nuestras vidas por nosotros mismos, debido a las experiencias del pasado y el ejemplo de nuestros hermanos, hermanas o hasta de nuestros propios padres; así también nuestros patrones de pensamiento, acciones y la confirmación que le dimos a todos estos factores con nuestras palabras influyeron en nuestras circunstancias... Cabe mencionar la probabilidad de que todo fue un conjunto de actitudes inconscientes de nuestra parte y aunque es cierto que alguien pudo haber participo en el asunto, somos nosotros los que hasta ahora hemos permitido que se generen hacia nuestro interior, somos nosotros quienes tenemos las llaves de la mente, del corazón y del alma que es en donde habitan cada una de nuestras emociones y somos nosotros quienes podemos decidir con que emociones queremos vivir...

Gracias Papa por toda tu experiencia...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario...!