Los seres humanos somos entes emocionales, de hecho, algunas de estas emociones son instintos con los que nacemos, son naturales no aprendidas, cumplen una función adaptativa y sin embargo, cuando se descoyuntan provocan malestar anímico y pueden hacer de las personas, individuos neuróticos... Cuando estos sentimientos se bloquean, se reprimen o se interrumpen abruptamente, con frecuencia afectan de gravedad a la salud física y mental; integrarlas a nuestra vida y aprender a canalizarlas adecuadamente es nuestra responsabilidad, debemos evitar darle salida a las emociones explotando en cólera con el encargado del mostrador del negocio que no entiende exactamente nuestras expectativas o llegar neuróticos a casa y actuar sarcásticamente iracundos con aquellos que nos aman solo porque tuvimos un mal día en el trabajo...
Es imperativo evitar expresarnos melancólicamente de alguien porque nos sentimos frustrados debido a que no hace lo que esperamos... Quejarnos durante el día por que las expectativas económicas no se cumplen como queremos, porque hace calor, porque esta lloviendo o porque no alcanzamos a hacer algo que queríamos realizar, por todo y por nada mostrar insatisfacción, es ciertamente algo neurótico... Las herramientas emocionales y de pensamiento necesarias para lograr adoptar un estilo de vida saludable pueden aprenderse... Estas herramientas son creativas y formativas, porque nos ayudan a elaborar o reformar el carácter, no se agotan a sí mismas y pueden permanecer por años o por toda la vida en nosotros y a nuestro servicio... Nos sirven para contrarrestar los embates de emociones negativas como la frustración, el miedo, el sufrimiento, la ansiedad, el odio, el resentimiento, la depresión, la ira, la intolerancia, las dependencias malsanas y todas aquellas emociones que afectan negativamente nuestra existencia...
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