Es un hecho que las circunstancias económicas, de salud y de convivencia interpersonal se seguirán presentando ante nosotros y nuestros semejantes prácticamente de la misma manera en que lo han hecho siempre, sin avisarnos y acompañadas de las consecuencias de nuestras acciones del pasado; no importa cuanto lo planeemos la propia existencia siempre tiene sus maneras misteriosas para revelarse ante nosotros, es decir, de forma agradable o quizá no tan placentera, pero lo hará con o sin nuestro consentimiento...
Es la madurez de nuestra perspectiva emocional y psicológica la que siempre nos permitirá observar a estas situaciones de manera optimista o pesimista según sea nuestra personalidad... Es esta visión individual en donde se determina nuestra actitud durante cada día, de hecho, ser conscientes de nuestro carácter a la hora de enfrentar la situaciones cotidianas nos hace responsables de las consecuencias y nos permite esforzarnos cada día por mejorar nuestra personalidad en el presente, porque es en el derrotero de la vida en donde se encuentra la felicidad un día a la vez y no en la meta, no en los planes a futuro; simplemente se es o no se es feliz ahora mismo, en este instante...
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