Aunque algunas ocaciones nos cueste mucho trabajo aprovechar la enseñanza que traen consigo las adversidades, es importante admitir que cualquier estado emocional es pasajero y eso nos infundirá nuevos brios; admito que en las horas de desaliento hasta los alfilerazos nos parecen puñaladas, pero es inevitable que todos pasemos por esos difíciles momentos, lo apremiante es no perder de vista que a las sombras de la noche, por muy negra que esta sea, siempre le seguirá la claridad del día, los seres humanos somos muy recios y podemos resistir muchos golpes, derramar muchas lagrimas y sobrevivir a grandes tragedias; la adversidad y el desaliento en realidad son episodios esporádicos de nuestra vida y no una condición permanente de la existencia...
Algunas personas estan obsesionadas por el temor a la muerte, otras tienen miedo a lo que nos espera en la otra vida, pero la gran mayoría experimentamos el temor a perder algo que creemos poseer o a no conseguir algo que deseamos; pero si reflexionamos y tratamos de rastrear el origen de estos miedos, tal vez encontremos que son los mismos miedos que sentíamos cuando de niños nos castigaban limitando nuestra libertad; nos atormenta continuamente el miedo al que dirán, vivimos sobresaltados con la idea de perder nuestra imagen y ser rechasados por la sociedad; pero al examinar todo esto como adultos, nos daremos cuenta de que nuestros semejantes son tan propensos a equivocarse y sentir temor como nosotros y llegaremos a entender que siendo ya maduros, no podemos aspirar a que todo el mundo nos comprenda y nos mime como si fuéramos niños y que ninguna excusa es una razón valida para limitar todo lo que podemos ser y lograr desde este momento en adelante... Y tu que vas ha hacer con el resto de tu vida?
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