lunes, 6 de abril de 2020

DILUYENDO LOS DEFECTOS DE CARÁCTER

Las emociones destructivas como la soberbia, la ira, la envidia, la avaricia, la gula, la pereza y la lujuria poseen características que nublan nuestro entendimiento cuando las experimentamos de una en una o varias de ellas durante una misma experiencia, estas regularmente descoyuntan nuestra percepción y disminuyen nuestras capacidades mentales y emocionales para actuar en favor de las relaciones interpersonales que deberíamos cultivar con humildad, moderación, paciencia, caridad, amor, tolerancia, esmero y cuidado... Las dificultades provocadas por los defectos de carácter le pueden bloquear a uno por minutos, por horas, por días y a veces por años, nos alejan de lo que es bueno y conveniente para nosotros y las personas con quienes interactuamos; es justo decir que de hecho estas emociones negativas o defectos de carácter son las causantes de la contaminación emocional del ambiente social ¿Como podemos entonces contribuir a mejorar nuestro entorno social, laboral y familiar? Esta es una cuestión que nos concierne a todos y su respuesta proactiva es responsabilidad de quienes ostentámos ideales nobles...


Algunos de nosotros tal vez sólo tratemos de pensar positivamente diciéndonos a nosotros mismos, mañana comienzo con mi desarrollo, la próxima semana empiezo a cuidarme, ahora si, después de la contingencia empezare con mi rutina de ejercicios y así hasta el infinito y mas allá; es probable que estas afirmaciones nos funcionen por algún tiempo, sin embargo, los factores “inconstancia y postergación" en las acciones, reducen nuestras habilidades mentales y emocionales, especialmente aquellas que nos apoyan en generar el entusiasmo y el interés convenientes para nuestra salud y bienestar; es un hecho de la vida que cuando falta intensión y motivos, es mas complicado avanzar sin dañar ni dañarnos, pues es con la procrastinación o pereza como se deshonran las promesas y se es abatido por la competencia, qué quizá para ese momento ya nos haya contagiado con envidia, el virus emocional que acompaña a la frustración... Yo creo que un simple comienzo es todo lo que se necesita y todos podemos iniciar algo que nos conviene, que es saludable y que nos hará sentir mejor, aunque no necesariamente nos agrade del todo; todos los seres humanos podemos actuar en favor de nuestros ideales aun cuando la mente nos repita una gran cantidad de excusas absurdas por las cuales deberíamos postergar nuestro bien estar, así que sin hacer caso a los pensamientos destructivos, debemos cultivar el hábito de iniciar poco a poco, un día a la vez y sabiendo que lo bueno es enemigo de lo mejor y que siempre hay grandes recompensas cuando se paga el precio de las pequeñas disciplinas positivas...

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