viernes, 10 de abril de 2020

VIVE Y DEJA VIVIR

Cuando éramos niños algunos de nosotros pasábamos la tarde después de asistir a la escuela en casa de nuestros abuelos, de nuestros primos o con alguien de la confianza de nuestros padres, mientras ellos se iban a trabajar para mantener nuestro hogar funcionando y como niños estábamos a merced de las conversaciones, comentarios y opiniones de la gente que vivía en esos lugares hasta que mamá o papá llegaba a recogernos, así que no es un secreto que las opiniones de la gente a nuestro alrededor en esos momentos generaba algún tipo de influencia en nuestra manera de percibir la realidad, estás influencias aún hoy persisten en algunos adultos y siguen teniendo cierta influencia en el desarrollo de su personalidad, algunas veces de manera positiva, pero otras dejan fuera la civilidad...


Una de las mayores fuentes de ofensas entre los seres humanos es la de tratar de imponer nuestro punto de vista a una o varias personas y querer guiar su vida en nuestros términos, cuando les decimos lo que deben hacer y nos dicen “no”, creamos resentimientos por partida doble, primero nos sentimos ofendidos porque no se hizo lo que queríamos, segundo, las otras personas se ofenden porque no las acéptanos tal y como son y esto se convierte en un círculo de frustración, ira y resentimiento sin final; es importante admitir que todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como mejor les parezca, ya aprenderán de sus errores por sí mismos, además la gente no cambia en base a la crítica, así que lo mas conveniente para ellos y para nosotros es dejar de decirles lo que tienen que hacer para agradarnos mas; “vive y deja vivir” es un hermoso y sublime principio de la existencia humana y la paz social...


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