CAPACIDAD INHERENTE PARA EL BIEN

Podemos decir con facilidad que los seres humanos tenemos por costumbre el enfrentarnos a buenas y malas experiencias en la vida y resolverlas con  nuestras mejores capacidades, sin embargo, la realidad parece ser otra, cuando una experienca desagradable se presenta, la mayoria de nosotros no sabemos como operar concientemente ante las circunstancias difíciles; permitimos que las emociones nos dominen y las exigencias desmesuradas de atención, protección y amor que expresamos en momentos de angustia, motivan en las personas que nos rodean sentimientos de dominación o de rebelión hacia nosotros... Es decir, en la niñez, a veces se nos sobre protege y manipula, mientras en otras ocasiones se nos abandona a nuestra propia suerte...Tener la capacidad de reconocer nuestras exageraciones emocionales, es una exelente herramienta para librarnos de las dependencias malsanas como la necesidad de aprobación, la cual yo no creí que debiera considerarse un defecto de carácter... 

Claro que en el pasado yo preferiría pensar que desear la aprobación de los demás era una cualidad ventajosa (mejor dicho, el deseo de agradar a la gente). Pronto se me hizo ver que esta necesidad puede ser paralizadora... Hoy todavía me agrada recibir la aprobación de otros, pero los seres humanos realmente no la necesitamos y no deberíamos estar dispuestos a pagar para obtenerla... No la necesitamos para seguir adelante... Si yo obtengo la aprobación de los que me rodean está muy bien; pero si no, puedo vivir sin ella... Cada uno de nosotros somos responsables de decir lo que consideramos que es la verdad, hablar de lo que nos gusta y llevar acabo las actividades que nos hacen sentir bien, y no lo que creemos que otros quieren oír o vernos hacer; reconocer que de la misma forma el falso orgullo siempre nos mantenía demasiado preocupados por nuestra reputación, nos permite mantener una visión mas positiva de la vida... La verdad yase en el hecho de saber que uno es lo que piensa, siente y hace consigo mismo y para si mismo... Al obrar coherentemente somos parte del Poder elaborador del bien vivir...