No llores, deja de sufrir, solamente para de pensar en ello, los hombres no lloran por nada, ni por nadie, ninguno en esta casa tiene permiso de enfermarse o sentirse mal y algunas otras limitantes para las emociones; estos son solamente algunos ejemplos de lo que se practicaba como cultura de aprendizaje para la madurez en algunos hogares... Estoy convencido de que compartir teoría respecto a la manera en que podemos mejorar nuestra existencia siempre a sido un tema fácil de expresar, sin embargo, lo que verdaderamente representa un reto en la vida es aplicar nuestras propias sugerencias a nuestra personalidad; es una falacia considerar que la idea de que hagas lo que yo digo, no lo que yo hago, sea la manera correcta en que se pueda expresar un liderazgo de verdad...
He podido comprobar en experiencia personal que hay ocasiones en las que no basta con saber que hacer, pero también es necesario entregarse al sentimiento que provoca en nosotros malestar, es decir, cuando la tristeza embarga algún momento de la vida, algunas veces no es suficiente con saber el motivo por el cual estamos experimentando cierta tensión emocional, porque también he aprendido que es bueno dar rienda suelta al sentimiento y llorar cuando lo sentimos necesario, los ojos son la ventanas del alma y de cuando en cuando es necesario que se laven los cristales... Cuando alguna pena nos embarga por que hemos experimentado alguna perdida que afecta nuestro estado anímico, quizá deberíamos considerar la oportunidad de hacer a un lado la soberbia y abrir el corazón al sentimiento para sanar mas rápidamente; cuando hemos aceptado que un ciclo ha terminado, es inevitable que otro mas comience, eso no lo podemos detener, sin embargo, si podemos adaptarnos con mayor facilidad a las circunstancias del momento y abrir el corazón a una nueva oportunidad, porque siempre abra alguien que esta avanzando en dirección hacia nosotros...
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