La observación constante de nuestras capacidades y debilidades, forma parte de la responsabilidad que se adquiere cuando existe un deseo sincero y positivo de nuestra parte, encaminado a aprender a madurar y desarrollarnos emocionalmente; para algunos de nosotros esto se ha convertido en un habito de sanidad mental y emocional, debido a que es mas cómodo caminar con la frente en alto, cuando se ha aceptado lo que se encuentra en el inventario que hacemos de nuestros pensamientos y actitudes procurando corregir nuestros comportamientos con insistencia y paciencia en los diferentes ambientes sociales en los que participamos... A cada uno de nosotros nos corresponde admitir únicamente la parte que nos toca del viejo dicho de los abuelos, que versa mas o menos así: De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco...
Es muy probable que para la mayoría de nosotros la consecuencia directa de experimentar emociones negativas sea un malestar sentimental de tal magnitud, que nos limita mental y emocionalmente en el camino al éxito que pudiéramos desear en la vida... Todos conocemos el tipo de resultados que nos da el experimentar con la ira, el temor, la preocupación o los celos; es imperativo observar nuestra personalidad en esos casos para evitar ser absorbidos por el estrés; y no solamente estar dispuestos a corregir nuestra actitud, sino hacerlo realmente... Pare, reflexione y corrija, fuera de ser solamente una frase de cliché, es una actitud imprescindible para establecer el lugar preciso de nuestro pasado de largo plazo o inmediato, y que es precisamente ese, en el pasado... Preocuparnos por lo que haya sucedido no es tan benéfico como ocuparnos haciendo algo para corregirlo y mejorar nuestro presente, pues estas acciones nos garantizan un futuro mas prometedor...
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