Despertar emocionalmente, así como abrir la mente a nuevas posibilidades de pensamiento, nos permite adoptar un estilo de vida que no solamente esta lleno de ideas positivas, por que ellas por si solas, quizá nos provoquen únicamente a la frustración debido a que no se cumplen en los tiempos planeados; una combinación equilibrada de pensamiento positivo y emociones mesuradas nos permite mantenernos ecuánimes, pacientes, tolerantes, audaces, valientes y animados para continuar con aquello que representa un reto, ya sea planteado por nosotros mismos o dado por las circunstancias de la vida... Cuando sabemos que nuestros planes tal vez no se realicen al cien por ciento de nuestras expectativas y aun así permanecemos con el animo arriba y entusiasmados a continuar esforzándonos por lo que queremos alcanzar, habremos entonces logrado sensibilizarnos al tesoro de la inteligencia emocional... Y eso, es vivir de acuerdo al gran valor que la humanidad merece... Para algunas personas una sola emoción es como un relámpago, que les parece totalmente convincente como para cambiar su estilo de vida... Estos individuos de un instante a otro se transforman en una parte, aunque sea una pequeñísima parte de un universo regido por la justicia y el amor; y empiezan a actuar en consecuencia...
Yo creo que sean cuales sean las consecuencias de nuestra propia obstinación e ignorancia, tarde o temprano es importante enfrentarnos a la verdad de uno mismo, si lo que se quiere es obtener una nueva seguridad emocional para cada día; con esta actitud se puede conocer lo que es la ausencia del estrés... Huelga decir que para algunos de nosotros es imprescindible reconocer la importancia decisiva de un nuevo enfoque en la vida que nos aleje de la ira, el resentimiento, las preocupaciones y el temor para ser adoptados por "El Amor" que nos libera de las viejas y profundamente arraigadas inquietudes de la niñez que no fueron extirpadas de manera permanente con el paso de los años, por que aunque estas se bloqueen, algunas veces, vuelven a aparecer naturalmente y de una manera alarmante, exteriorizando su presencia en forma de soberbia y una ambición obstinada de poder, haciéndonos sentir ese deseo ardiente de ejercer nuestra influencia y tener a toda costa la aprobación de los demás, consecuentemente se incrementa esa ansia de ser jefes, con la justificación de obrar en nombre de las buenas causas... Para los seres humanos que saben de si mismos, es imprescindible siempre amar lo mejor de los demás y nunca temer lo peor, debemos empezar a considerar cada adversidad como una oportunidad que la vida nos ha deparado para cultivar el valor que nace de la humildad y no de la arrogancia, para así poder decir, que no tenemos miedo de cuál pueda ser el destino final de este mundo, porque se nos ha posibilitado a sentir y expresar con seguridad, que vale la pena vivir tal y como somos, y con lo que tenemos...
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