Algunas personas han dejado de lado los proyectos inconclusos de este año y han comenzado a imaginar las resoluciones del próximo año, algunos están tratando de cerrar el ciclo con lo mejor posible en todas sus empresas, otros ya han empezado a celebrar el fin de año, pero es un hecho que todos sabemos que un ciclo esta por terminar, por lo tanto, somos conscientes en cierto grado de que existe un ritmo en nuestros estados de animo y que tiene que ver con los tiempos establecidos por un calendario diseñado por la humanidad... Es en la transición de cada ciclo cuando nuestras personalidades son mas susceptibles a encontrarse sobre la montaña rusa de la confusión emocional, es imperativo hacernos conscientes de este hecho de la vida si queremos transformar nuestros paradigmas mentales, físicos y emocionales, pues representa un contrasentido hacer una y otra vez lo mismo en cada ciclo, esperando resultados diferentes...
Antes de empezar a reflexionar sobre los acontecimientos de este año, de acepar nuestro pasado inmediato y comenzar la planificación de las resoluciones para un nuevo año, debemos de tomar tranquilamente la vida, recordemos que los excesos pueden llevarnos a salir del ritmo natural de nuestros ciclos u orillar a nuestros seres queridos a que salgan de los suyos, es nuestra responsabilidad amar y respetar la vida de nuestros semejantes y la nuestra si lo que deseamos es promover cambios positivos en nuestra personalidad, en nuestra familia, el trabajo, el negocio o la sociedad; es necesario que seamos coherentes antes, durante y después de haber transcendido el próximo cambio de ciclo, es decir, escojamos y seamos leales a los métodos, los medios y las acciones que habremos de llevar a acabo para mejorar intelectual, física y emocionalmente en el nuevo ciclo, pero para ello debemos llegar integralmente sanos y salvos, cuidando al mismo tiempo la integridad de nuestros semejantes evitando los excesos...
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